miércoles, 12 de octubre de 2011

Pequeños apuntes sobre el liberalismo argentino. Parte 2.


Decía Domingo F. Sarmiento en su mensaje a las cámaras en 1869 : "por el más imprevisor sistema de colonización que haya ensayado pueblo alguno, la parte mas poblada de la República esta ya poseída, sin que el inmigrante encuentre un palmo de superficie exento de las trabas que a su adquisición opone la propiedad particular. Con 900 mil millas cuadradas de área y con una población de 1.500.000 habitantes, los dos tercios no saben, sin embargo, donde fijar su hogar y el inmigrante a donde dirigirse para establecer sus petates. En la expectación de 100.000 inmigrantes por año, debemos desde ahora acometer la tarea de prepararles tierra de fácil adquisición y regir su distribución por leyes que estorben que un individuo se apodere del territorio que baste en Europa para sostener un reino, o que la generación actual despoje a las futuras de su derecho a tener un hogar y un pedazo de suelo que llamar su patrimonio."
Si bien luego Sarmiento borraría con la espada lo que en este discurso dice, nos interesa mostrar una realidad que a continuación ampliamos: el censo de 1869 nos informa que en la argentina habitan 1.100.000 personas en las campañas. Además, 113.352 son agricultores y 46.542 estancieros y hacendados. 1.019.744 no declararon oficio o profesión alguna, viven de trabajos esporádicos o de la caza y la pesca. ¿ Alguien puede imaginar mejores condiciones que ésta para la violencia ?
"El suelo esta acaparado por poquísima gente y el resto obligado a vivir como nómades, calificados como vagos por la oligarquía y como tal, perseguidos", como nos informa Nicasio Oroño.
El código rural de 1865 sancionado por la legislatura bonaerense dice en su artículo 289: "Será declarado vago todo aquél que careciendo de domicilio fijo y de medios conocidos de subsistencia perjudique a la moral por su mala conducta y vicios habituales."
Podemos concluir entonces que las clases dominantes desposeen a gran parte del pueblo de todo medio de vida, lo obligan al nomadismo y luego lo califican de vago porque no tienen medio de subsistencia ni domicilio fijo.
Esta perversidad en el obrar de los que se enriquecían sin limites y a los que la vida del prójimo poco le importaba, puede ser vista en paralelo con los tiempos actuales donde una clase perversa que se enriquece a costa de la desocupación y el empobrecimiento de grandes sectores de la población, luego pide airadamente el castigo a los marginados que ellos mismos provocan y que responden con violencia a la violencia previamente recibida.

* Los entrecomillados han sido extraídos, de manera textual, del libro "La guerra del Paraguay. Estado, politica y negocios", de Leon Pomer.

* La imagen que ilustra el artículo corresponde a la obra "Los borrachos" del pintor peruano Mario Urteaga Alvarado (1875 - 1957).

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