miércoles, 30 de noviembre de 2011

Pequeño manual neo kirchnerista. Instrucciones para pelearse a muerte con un cuñado.

"Nunca había visto esto en la Argentina. Esa cosa de amigos que se dejan de invitar a los cumpleaños, familiares que se dejan de ver o que haya temáticas de las cuales mejor no hablar. Hay una división muy grande de la gente desde hace muchos años. Me da tristeza" . Jorge Lanata en Perfil, 26/11/2011.



INTRODUCCIÓN

Mucho hemos pensado antes de escribir este manual, herramienta que consideramos indispensable para que los kirchneristas de la última hora, subidos al tren del 54%, puedan disponer de elementos evaluativos, con aplicaciones prácticas, que sirvan de guía en el maravilloso mundo de dejarse de hablar con los cuñados para siempre. Vale la pena señalar que tales herramientas pueden resultar de gran utilidad, también, en la construcción de una enemistad duradera con primos, tíos, comerciantes, compañeros de trabajo, padres, madres, tutores, hijos, entenados o vecinos de fila en el pago fácil más próximo. La denominación cuñado, en este caso, pretende ser una categorización comprensiva del universo de relaciones sociales que enfrenta el humano promedio en la República Argentina y no debe limitarse, de ningún modo, a unos pocos elementos de dicho universo; a saber, los representados por el hermano o la hermana de la propia pareja o la pareja de la propia hermana o del propio hermano, lo que ocurra primero.


¿POR QUÉ PARA NEO KIRCHNERISTAS?

Es ésta una pregunta que se repite. ¿Acaso se observa, desde el presente trabajo, al kirchnerismo como una fatigosa cuesta que no puede acometerse de una vez, sino bajo la sólida planificación de un enfoque por etapas, del cual los neo-kirchneristas, ayunos aún en la posesión de las complejidades ideológicas del campo popular, conformen un colectivo introductorio? La respuesta es mucho más simple. Es sólo que los kirchneristas más antiguos, desde la primera hasta la penúltima generación (clausurada el 14 de agosto) no poseen, en la actualidad, parientes lejanos o cercanos, políticos o sanguíneos, de raigambre anti kirchnerista, con los que conserve algún tipo de relación, vínculo o compadrazgo. Los cuñados, definidos así según lo explicado más arriba, con los que traba conversación en la actualidad en asados, cumpleaños o despedidas de soltero; pertenecen sin equívocos ni renuncios, exclusivamente al ámbito nacional y popular.

ATENCIÓN FLOTANTE

No es necesario que el neo-kirchnerista (a los fines de simplificar las ideas vertidas en el presente ensayo, a partir de ahora será designado como neo-k) afecte el 100% de su atención al curso casual de las conversaciones sociales. Se recomienda recorrer la reunión en la que se encuentre invitado, colado o, incluso, homenajeado; con una especie de atención superficial y omniabarcativa, que llamaremos flotante; moviéndose de lado a lado, mientras se simula ordenar pequeños detalles mobiliarios o decorativos, o un interés minucioso por los horrorosos souvenirs que se repartirán hacia el final del evento. En el transcurso de estas operaciones, se intentará detectar en el ágape, palabras-clave que los anti-k lanzan al aire a intervalos cortos y regulares: negros, yegua, montonera, vagos, kakas, etc. (el carácter sistemático del presente trabajo contempla una actualización permanente del vocabulario anti-k, a los fines de que el neo-k posea la versión más actualizada posible de la jerigonza vendepatria).


PASOS A SEGUIR

De más está decir que el enunciador de los vocablos señalados en el presente texto, así como de aquellos que emanaren de fuente oficial fidedigna, será señalado como anti-k, lo cual le hará pasible de las siguientes medidas punitorias:

- Se le borrará de los contactos del teléfono móvil

- Se le retirará el saludo

- No se le pagará deuda alguna preexistente

- No se le felicitará para su cumpleaños, si bien puede hacérselo con sus parientes directos, a quienes se expresará claramente la diferencia efectuada.

- No se compartirán con él festejos, reuniones o evento alguno ni se le aceptarán regalos bajo ningún pretexto.


PRECAUCIONES A TOMAR

Es nuestro deber aclarar que la atención flotante no es una ciencia exacta, y de ahí proviene el fracaso de tantos estudiantes adormecidos así como de psicoanalistas otrora venturosos.

Debe tenerse en cuenta, entonces, que el uso de los términos mencionados, puede verse confusamente alterado por palabras complementarias que harían inocuo el uso de las arriba señaladas.

Algunos ejemplos son:

“Iban recién 10 movidas y ya le había comido los 2 alfiles negros” (el cuñado es aficionado al ajedrez).

“En la segunda de Palermo ganó una yegua” (posible cuñado turfístico. Luego de verificar que el dato sea exacto y no haga referencia al resultado eleccionario de alguna escuela de Palermo, puede permitirse la relación con este cuñado, aunque conviene evitarle si viene perdiendo seguido).

“Tengo ganas de hacer kaka” (el cuñado quiere mover el vientre, algo bastante lejano a un golpe institucional por el momento y hasta que se demuestre lo contrario).

“Los trazos de Raúl Soldi son tenues, casi te diría que son imprecisos, vagos” (el cuñado opina libremente sobre artes visuales o intenta cambiar de conversación debido a su proximidad. Permanezca alerta).

“La misma lucha de civilización y barbarie de la ciudad y el desierto existe hoy en África; los mismos personajes, el mismo espíritu, la misma estrategia indisciplinada, entre la horda y la montonera” (el cuñado recita el Facundo de Sarmiento. El neo-k debe mantenerlo vigilado y a prudente distancia hasta que se resuelvan ciertos detalles en el instituto de revisionismo histórico).

"TODO ESTO SE ME COMPLICA ¿QUÉ PUEDO HACER?"

Si este pequeño manual, a pesar del cuidado puesto al servicio de su intelección, permanece oscuro al neófito k; o, si bien los conceptos aquí vertidos son claros, las posibilidades concretas de su ejecución en el entorno familiar o de trabajo del neo-k, lo vuelven irrealizable; se podrá optar por el uso libre de su voluntad y discutir saludablemente sus puntos de vista con sus contendientes ideológicos y alejarse, con sabiduría, de quienes pretenden arreglar el país matando a unos, sometiendo a otros y añorando el pasado cual setentistas ortodoxos, que gustan de la irrupción violenta, de vuelos homicidas y de lápices callados por los fusiles del poder.

A mí, que me revisen


En estos días ha recrudecido la discusión sobre el tema del revisionismo histórico de la mano de Pacho O'Donnell, quien preside el Instituto de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego, y algunos sostenedores de la historia oficial de nuestro país. Lo explica muy bien en nuestro blog, y recomiendo su lectura o reelectura, Sergio San Juan en su nota El relato K: la historia como eje de nuestra imaginación creadora. Pero la discusión ha tomado un giro brusco en las últimas 48 horas, que ha cambiado el eje del tema y es lo siguiente: algunos referentes y sostenedores de la historia que todos conocemos, por tratarse de conservadores culposos por dentro, con mentalidad abierta hacia afuera, ya no discuten la historia, sino la legitimidad de quienes la revisan y el motivo por el que lo hacen. Entonces traspolando argumentos dudosos de un tema a otro van negando la posibilidad de cambios. Porque ése y no otro es el fin de esta actitud, que nada cambie, base del conservadurismo e ideología oligárquica. Recordemos a Biolcatti reclamando la vuelta a la Argentina de 1910. Y ahí esta Beatriz Sarlo expresando una idea que la hace una aparente librepensadora, y que esconde, latente, todo su odio conservador. ¿Cuál es su argumento base contra el revisionismo histórico?. Que el kirchnerismo pretende un discurso hegemónico y direccionado de la historia, un discurso histórico único. Este argumento es usado también, y he aquí la traspolación, en el caso de la ley de medios audiovisuales, donde los que se oponen argumentan que el kirchnerismo no quiere la democratización de los medios sino la hegemonía de la comunicación, una comunicación única. Entonces defienden la hegemonía privada, que la reconocen mala, por sobre la hegemonía estatal que no la conocen, porque no se produjo, pero la saben peor, así se aseguran que nada cambie. La historia oficial, que se enseña en nuestras escuelas, es la historia escrita por el general Mitre, vencedor portuario de Buenos Aires sobre los impulsores del federalismo, y como dice Arturo Jauretche: dejó un diario a sus herederos para que lo defiendan, La Nación, y desde allí hacen la defensa de esa historia conservadora y mentirosa, Sarlo, Grondona, Majul, Morales Sola y etc., que no tienen siquiera el escrúpulo de hacerlo desde otro lado, sólo defienden a sus jefes.
Pero veamos que nos dice O'Donnell: "Aunque nos duela, la verdad es que la actitud de la mayoría de los integrantes de la clase alta de Buenos Aires, españoles pero también criollos, fue obsecuente y colaboracionista. Menudearon las visitas de cortesía al fuerte ocupado por los invasores y eran muchos los que enterados de que el comandante inglés era muy goloso, portaban grandes fuentes de dulce de leche y zapallo. Los ingleses individualmente fueron distinguidos por las familias principales de la ciudad y sus generales se paseaban de bracete por las calles con las Marcos, las Escalada, y las Sarratea." ¿Qué dice la historia revisionista?, que fue el pueblo el que se organizó y luchó para echar a los ingleses. ¿Será ésto lo que quieren ocultar?. ¿Y por qué el héroe de la patria murió exiliado?. El revisionismo dice que fue por sus ideas. ¿Quién fue realmente Juan Manuel de Rosas ? ¿y Dorrego? ¿y Moreno?.
Dice O'Donnell: "La historia que siempre nos han contado posterga o suprime a aquellos próceres y movimientos que han tenido el favor de los sectores populares y que con esa fuerza han puesto en peligro el poder de turno." Y Rodolfo Walsh: "nuestras clases dominantes han procurado siempre que los humildes no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. La historia aparece asi como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de otras cosas."
Ésto y no otra cosa se pretende ocultar con la oposición a la revisión histórica, la preponderancia de los humildes y los distintos en su devenir. Ésto y no otra cosa defiende Sarlo desde el búnker de La Nación: el poder. Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia, la que queremos revisar. Quien quiera oír, que oiga.

sábado, 26 de noviembre de 2011

El dolor de ya no ser


Esta nota ha sido largamente discutida y ha generado la mayor cantidad de intercambio de opiniones, dentro de La madre..., hasta el momento. Fue hecha y rehecha infinidad de veces, e inclusive las cinco hojas completas de datos e información rescatada de vivencias personales fueron destruidas y arrojadas a la basura y todo esto en haras de la simplificación de una historia que lleva casi 80 años.
Pero claro como sucede en tantas ocasiones, el núcleo de la cuestión estaba ahí, sin poder verlo. Posiblemente, por el afán de no ser repetitivos, no nos dimos cuenta que era inevitable serlo.
Como decía el personaje de Urzula Iguarán en Cien años de soledad del genial García Márquez, cuando, inhibida del sentido de la vista, comenzó realmente a ver y concluyó que el mundo nunca avanza sino que gira y vuelve siempre al mismo lugar, refiriéndose a los hechos de la vida.
Ya hablamos del libre intercambio comercial entre Inglaterra y los países que componían el virreinato del río de la plata, cuya desigualdad incrementaba día a día la pobreza de los argentinos y de los habitantes de nuestros países hermanos. ¿ Que hubiera resultado de la aprobación del ALCA, o sea el libre intercambio comercial con EE.UU., de no haber sido resistida por los líderes de nuestra región?. Exactamente lo mismo, no puede haber intercambio entre países desarrollados y países en vías de desarrollo porque los primeros se lo degluten.
Esto le paso a España, país retrasado en relación a la mayoría de los países de la comunidad, inclusive de nosotros en aquella época, hablamos del año 1982, aproximadamente. La inversión que hicieron los países comunitarios fuertes en España para su modernización, especialmente en transportes, comunicación, caminos y rutas fue de 70000 millones de euros. Una nadería para convertir a España en un miembro de la comunidad y guardián de la inmigración africana por el sur, y por supuesto, una pequeña inversión para las ganancias que dejaría el libre intercambio comercial que era condición indiscutible para el ingreso.
España un país dependiente del turismo y luego de la integración europea, de la construcción, se derrumbo con la caída de la burbuja inmobiliaria que se inicia en EE.UU.
Es entonces que reciben prestamos por miles de millones de euros para salvar a los bancos y que incrementa la deuda del pueblo a cifras imposibles de pagar. ¿Qué queda además de una deuda que representa el 140% del P.B.I y una desocupación de cinco millones de personas? Nada o mejor sólo lo que le dejan tener los poderosos, (ni siquiera han podido evitar la venta de una importantísima empresa estatal, aunque lo intentaron, que paso a manos de Alemania, sin contar aquellas sobre las que no se hizo nada por no venderlas), a riesgo de ser enérgicamente sancionados. Y además un gobierno del partido popular que por orden del F.M.I y de Ángela Merkel de Alemania profundizará la desgracia del pueblo y el asombro de los españoles que no entienden al igual que nosotros en la época del menemato por qué cayeron como tampoco por qué crecieron.
Este derrumbe no ha sido mayor por las grandes ganancias de sus empresas en el mundo, especialmente Argentina, Brasil y México que publicitan sus productos y servicios instando a la tranquilidad de los españoles ya que sus ingresos vienen del exterior.
No importa de que país provenimos, todos somos proclives a la ensoñación que producen los cantos de sirena de los que más tienen, por la ilusión de poder ser como ellos, en esa ingenuidad esta basada la estructura de la ambición y de nuestra propia derrota.

martes, 22 de noviembre de 2011

El relato K: la historia como eje de nuestra imaginación creadora

Una de los modales kirchneristas que más enfurecen a gorilas y chimpancés es la construcción de un supuesto relato histórico deformado y completo de falsedades, imposturas y deformaciones. Según esta visión, los Kirchner han construido con hechos históricos aislados, reinterpretados, pegados en una suerte de collage antojadizo, un hilo conductor que arranca en Mariano Moreno y Manuel Belgrano –los favoritos de Cristina Fernández-, pasa por Rosas, Perón, Eva, Cámpora, Jauretche, etc.; y culmina en la figura cada vez más épica de Néstor Kirchner.
Muchas veces me pregunté si era válida la apropiación de estos hechos en forma segmentada para integrarlos como parte y sostén del discurso de un movimiento político. A pesar de la simpatía que me despiertan estos hechos y personajes junto con el rumbo elegido por el partido gobernante en este momento histórico para Argentina y América Latina, no tenía una respuesta definitiva. Lo que sí tengo en claro es que detesto la construcción histórica del otro relato dominante durante décadas, ese que tiene como bandera al diario La Nación por ejemplo, y que muestra como héroes de la patria a genocidas como Julio Argentino Roca.
Como tantas veces, en forma sorpresiva una mesa de saldos me trajo algo de luz al respecto. Whashington Cucurto, escritor antisistema surgido del conurbano bonaerense, que escribe con todo lo que está afuera del idioma establecido por la academia, me dio una mirada audaz, inteligente, distinta, de lo que significan los protagonistas y los hechos históricos en su relación con el presente. Escribe Cucurto en 1810 La Revolución de Mayo vivida por lo negros (Emece Editores, Buenos Aires, 2008):

Señoras y señores,
¡se acabó!
¡tomemos la historia por el culo!
¡La historia y la literatura nos pertenecen!
Basta de historiadores de manos blancas
y oscuras ideologías,
ahora la historia la escribiremos nosotros.

Y más adelante otro párrafo perturbador:

La historia debe ser
el eje de nuestra imaginación creadora.
De nada sirven San Martín y Bolívar
-con todo respeto- si no nos ayudan a solucionar
nuestro horrendo presente de hambre y desesperanza.
Porque la primera obligación de San Martín,
¡hete aquí, bien dicho,
la primerísima obligación sanmartiniana!,
es ser nuestro compinche,
ser como nosotros queremos.

Entonces me pregunto, ¿de qué me sirve hoy, por ejemplo, Perón? ¿Cómo puede ayudarme Evita? ¿Qué hechos del pasado integro a mi proyecto de país? Es muy conocida la anécdota sobre la respuesta de Perón a Braden con apenas unos días ejerciendo como presidente en octubre de 1945. El Embajador de EEUU había cumplido en esas elecciones presidenciales el papel que por estos tiempos hicieron los grandes medios con Clarín como bastonero; es decir, demonizar al gobierno, aglutinar a la oposición, darles un discurso, enfrentar al candidato nacional y popular. Con todo a favor, Braden, como Clarín, pierde clamorosamente. Pero sabe que tiene la impunidad del poder. Pues bien, visita a Perón y lleva un pliego de condiciones para que el general transite una presidencia sin turbulencias. Braden dice algo así como “esto es lo que debe hacer para ser bien considerado en mi país”. El Presidente lo lee detenidamente y responde: “No quiero se bien considerado en su país a costa de ser un hijo de puta en el mío”.
Cuando pienso en las distintas caras que Perón mostrara en su larga vida política, créanme me quedo con ese revolucionario presidente conductor de un modelo nacional y popular y no con el viejo hijo de puta que le dio la derecha a López Rega para comenzar la represión ilegal con la complicidad del Estado. Sé que es un recorte, que estoy editando la historia de acuerdo a mis intereses, que Perón fue algo más complejo que esa maravillosa respuesta a Braden y su formidable primer gobierno. Pero es el Perón que necesito en este momento de la Patria. Su primera obligación es ser mi compinche, ser como yo quiera.
Por eso, cuando leo a tanto contrera profundamente preocupado por cuantas hectáreas tiene la propiedad de los Kirchner en el Calafate, y no mencionan la formidable quita que Néstor lograra sobre nuestra ominosa deuda externa, por citar sólo un ejemplo de una larga, larguísima lista de medidas verdaderamente nacionales y populares, no puedo dejar de enojarme. Y con respecto al relato histórico k, no está nada mal investirnos de una mística histórica que será muy necesaria cuando tengamos que enfrentar a los enemigos de siempre, que siempre estarán dispuestos a la revancha.
El presente como resignificante de la historia, la historia como eje de nuestra imaginación creadora, las banderas y mitos que creamos como escudos para enfrentar las grandes batallas. Gracias Cucurto, nuevo Roberto Arlt que se pasea entre Berazategui y Constitución pegando sin cansarse a cada rato un nuevo “cross a la mandíbula”.

Al abordaje


Puede leerse este texto como una continuidad, no sólo ideológica, sino también exploratoria, del artículo escrito por Gustavo en este blog, ¡Cuidado! Traidores trabajando.

Se dice que, a los efectos de constituir el capital originario que dio sustento al desarrollo industrial en Europa, fue fundamental el descubrimiento de estas tierras americanas. La expoliación salvaje y sistemática permitió el buen pasar temporal de España y Portugal, principal y directamente. Y mediante el comercio legal con estos países y el contrabando con las colonias de ultramar, el enriquecimiento desmedido de las principales potencias de la Europa moderna y capitalista.

Pero no sólo de comercio vivía el hombre moderno. Inglaterra, sobre todo, tenía un método más directo de hacerse con el oro y la plata originarias y, de esta manera, asegurar su supremacía industrial: la piratería. Los barcos de la cruz y la espada eran abordados en pleno atlántico por los de la calavera y las tibias, tomando un atajo en el recorrido de distribución del circulante. Al fin y al cabo, el objetivo era quitarle a los peninsulares la riqueza. Fuera vendiéndoles manufacturas, contrabandeando con sus colonias o, la acción más directa y efectiva, tomándola por violencia.

Así, la América pobre y atrasada fue financiando el desarrollo, que permitiría no sólo la acumulación de los capitalistas, sino, por qué no decirlo, la actividad filosófica de los Hume, Hegel o Rousseau, que pensaban cómo apropiarse del objeto, lo cual sería acompañado por la apropiación empírica de los objetos preciosos que llevarían adelante sus respectivos estados. Así como un conejito no puede permitirse las fastuosas siestas de un gato carnívoro, no hubo lugar en las nuevas tierras para pensar la realidad, una realidad que se esfumaba a bordo de los galeones, comprada a cambio de viruelas y otras pestes (ojalá hubieran sido sólo espejitos de colores).

A lo largo de las últimas décadas, los sujetos de la expoliación abandonaron las anacrónicas cascaritas de nuez y decidieron subirse a sus empresas transnacionales. Presionaron durante muchos años sobre los orgullos nacionales, los ideales de soberanía, la utopía de la autodeterminación. Los anzuelos fueron los déme dos de la plata dulce, el acceso al primer mundo, los edificios de corporaciones vidriados (pavada de espejitos). Aún cuando se resistía desde consignas, en la realidad práctica ya se había optado por el subdesarrollo eterno. En los 90, se blanqueó socialmente en toda América nuestro destino: ser importadores de pobreza, de trabajos menos remunerados y abastecedores de materias primas. Circunstancia que ya no tendría lugar en el comercio bilateral sino dentro del marco de una misma empresa que transferiría beneficios hacia los países centrales, ofrecería puestos de trabajo desechados en los grandes centros urbanos y, para mayores ganancias, a costo mucho menor. Así fue manteniendo Europa, en mi opinión, su nivel de vida. En base a esta segunda sustracción histórica.

Sin embargo, los estados ya no son los monopolios de la ley. Las multinacionales tienen su propia ley, su propia lógica y extienden sus patentes de corso a voluntad. ¿Para qué esperar que, de los beneficios obtenidos en la periferia, tengamos que reducir nuestras ganancias con impuestos a precio europeo? ¿Mantener el nivel de vida de griegos, españoles o irlandeses? Entonces se pagan impuestos a precio americano (o no se pagan, ya que el intercambio por los nuevos espejitos incluyen exenciones vergonzosas) y se evaden los altos impuestos, que permitirían la fiesta española entre otras, por ejemplo, comprando materias primas e insumos a sus sucursales en América o Asia o África, a precios exorbitantes e incomprobables. O exportando todo sus servicios al cliente, de modo que una voz colombiana los atenderá aunque sólo quieran comprobar con cuál botón se enciende la juguera fabricada en Taiwán.

La piratería está manejada ahora por los estados posmodernos (las grandes corporaciones), quiénes en un mundo globalizado y a horcajadas de la nueva división internacional del trabajo y del libre mercado, les prometieron galeones de oro a unos y otros, a opresores y oprimidos, y les dejaron las migajas sobrantes de un naufragio.

Lo único que me entusiasma de todo esto es creer que América está de pie, que Atahualpa esta vez pondrá en entredicho a Dios y nadie, nadie, ni el FMI, podrá condenarlo por ello.

jueves, 17 de noviembre de 2011

¡Cuidado! Traidores trabajando.


En el libro Política Nacional y Revisionismo Histórico, de Arturo Jauretche se refiere una anécdota que cuenta el Dr. Arturo Frondizi, utilizada en su campaña electoral y olvidada durante su presidencia, según nos informa don Jauretche: El general Grant, después de haber sido presidente de EE.UU., fue invitado en 1897 a una conferencia liberal en Manchester. Después de haber oído a los oradores que demostraron las excelencias de la División Internacional del Trabajo (DIT), le fue cedida la palabra y dijo: Señores, durante siglos Inglaterra ha usado el proteccionismo, lo ha llevado hasta sus extremos y le ha dado resultados satisfactorios. No hay duda alguna que a ese sistema debe su actual poderío. Después de dos siglos Inglaterra a creído conveniente adoptar el libre cambio por considerar que ya la protección no puede darle nada. Pues bien señores, el conocimiento de mi patria me hace creer que dentro de doscientos años, cuando Norteamérica haya obtenido del régimen protector todo lo que este pueda darle, adoptara el libre cambio.
¿Que nos dice la División Internacional del Trabajo?. Países subdesarrollados exportan sus productos primarios a los países desarrollados, que con su industria desarrollada los convierten en productos acabados que exportan al mundo y por supuesto a los países subdesarrollados, donde aquellos habitantes que pueden los compran.
Nuestro país ha obtenido medalla de oro en los juegos DIT, obedientes a la estructura que el general Grant rechazó para su país y que nosotros adoptamos en corta visión futurista y en un país pensado para pocos.
Este es el país del que nos hablo el sr. Biolcatti en su discurso en la sociedad rural argentina, días antes de las elecciones del 2011, recordando la patria del centenario, emulando a Faustino Fano, presidente de la rural en 1964 y que dijo en su discurso de inauguración: "la solución de la Argentina es restablecer la situación imperante en 1922 cuando había en el país cuatro cabezas de vacuno por habitante."
Un país pensado teniendo en cuenta la relación animales-personas. ¿Cuántos habitantes necesitamos para las cabezas de vacunos que tenemos?. Como dice el mismo Jauretche: el resto que emigre.
El librecambio ha funcionado entre nosotros y contra nosotros tanto tiempo porque a la presión externa debemos sumarle los gringos de adentro, como los llama el genial poeta Jorge Marziali, a sabiendas que en la diferencia entre el desarrollo de algunos y el subdesarrollo de otros, el resultado siempre es el mismo: la profundización de la diferencia.
A pesar de algunos esfuerzos por modificar esta ecuación perversa, siempre se reencauzó la línea que privilegió los intereses externos y los de sus socios locales.
Esta vieja lucha es la lucha actual. Contra ello trabajan los traidores fuertemente y con toda la artillería posible. Cuando el ALCA (tratado de librecomercio con EE.UU.) fue rechazado por la pericia de Néstor Kirchner , la verborragia de Hugo Chávez y el acompañamiento de países con deseos independentistas como Brasil, sentó un precedente de libertad que hacía muchos años no presenciábamos, lejos del palabrerío y hermanado con los hechos. Esto molesta y mucho. Tocar intereses enormes no es gratuito. Seria conveniente no distraernos frente a esta actual embestida, sepamos cual es nuestro lugar en la pelea, difícilmente tengamos otra oportunidad.

Señal de ajuste


La palabra sobrevuela las redacciones de Clarín, La Nación y afines. Se solidifica en los zócalos de TN y Canal 13. Se hace clamor en las bocas del periodismo opositor y se repite en 4 de cada 10 que salen de la humanidad de Marcelo Bonelli (este dato no debería alarmarnos, es hombre de vocabulario escaso). También atraviesa, en formato negación, el discurso de quienes apoyamos las políticas del gobierno. Es que el sobrevuelo tiene implicancias fantasmáticas: España, Grecia, FMI, Cavallo; dimensionan un sustantivo tan inocente como otros, tan ambiguo, tan equívoco: ajuste.

A La madre de Dorrego no le gusta periodistear. Es decir, no es nuestro objetivo pensar la realidad vertiginosamente, correr tras las agendas de otros como yuppies de la palabra. Pero se hace necesario situarnos y declarar principios, para poder seguir adelante, armarnos de ideas y aclarar el horizonte, el propio.

Sabemos que no hay abundancia en el mundo. Que si salimos resuelta y libremente a tomar lo que nos toca, sea por necesidad o deseo, vamos a chocarnos con la pared de la limitación. Nuestros deseos pronto entrarán en conflicto con los de los otros. El deseo del otro se opone, en un mundo de limitaciones, a mi propio deseo. Hegel dirá que deseamos el deseo del otro. Nosotros aquí estamos refiriéndonos a los deseos materiales, puesto que hablamos de la economía, en definitiva. ¿Pero qué es la economía entonces? Es la ciencia de realizar el ajuste, ni más ni menos.

El tema será entonces por dónde empezar a realizarlo. Ahí es donde se desarma el intento de homologación que hacen los medios clarinistas, con respecto a los recortes europeos. Porque este ajuste (no le tengamos miedo a la palabra) se hace por donde se debe hacer: se deja de subsidiar los servicios a las grandes empresas y a los clientes mejor acomodados. Escuchamos los ecos de la 125. Y TN and company también, es por eso que se intenta, como en aquella ocasión, universalizar la demanda de los sectores de mayor poder adquisitivo. Se utiliza la idea del “a mí no me importó pero en cualquier momento me tocan el timbre”, del poema utilizado hasta el hartazgo, como validación de que estas cosas hay que cortarlas de raíz, antes de que sea tarde. Nuestra humilde respuesta es que no. Para hacer verdadera redistribución de la riqueza hay que empezar por acá. Y, en todo caso, hacerles notar a los gobiernos que tenemos en claro el objetivo, que las grandes mayorías aprobamos esta quita para que redunde en beneficio de todos, de nuestro estado.

Recuerdo que en aquellos primeros meses de 2008 había dos discursos opositores básicos. El que, a rajatabla, sostenía que no debían existir retenciones a la exportación, y los progresistas avergonzados que decían que sí, pero que este gobierno no tenía catadura moral para hacerlo. La respuesta para nosotros era obvia (aunque platónica puesto que no existía este espacio): retengamos y exijamos por el buen destino de esos fondos. Lo contrario sería estancarse en un dilema de tipo todo o nada, en el que cualquier posible mancha en el proyecto requiere que destruyamos todo. Una concepción dilemática que conduciría inevitablemente a la inmovilidad absoluta.

Es imposible hacer justicia social sin tocar intereses profundamente enquistados. Las “víctimas” van a patalear, a demandarnos, a putearnos y amenazarnos. Tenemos que estar fuertes y arraigados en nuestras convicciones. De lo contrario, vamos a terminar viendo un espectáculo que no quisiéramos volver a ver: los esclavos pidiendo que dejemos en paz a sus amos. Que el trabajo de cacerolear lo hagan ellos, a cara descubierta, así los conocemos todos.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Martín Caparrós, el alquimista


Hace algunos días, creo que el propio 17 de octubre, un amigo llamó mi atención hacia el blog del escritor argentino Martín Caparrós, quien habría tomado distancia del clima hostil de nuestras pampas, para autoexiliarse en España, al decir de Marcelo Figueras en Página 12. Ese día escribió sobre el peronismo (evidentemente, sus temas responden al santoral de los almanaques, cosa que está muy bien). Se puede leer su artículo aquí.

Yo me propongo pensar, al uso nuestro, el de los autores de este espacio, ciertas ideas vertidas en ese artículo. Si digo cosa tan espantosa como “al uso nuestro”, lo hago en conocimiento de las limitaciones del propio universo conceptual. No pretende ser una respuesta, en el sentido estricto, a las palabras de Caparrós, sino el hecho de darnos la posibilidad de pensar, desde nuestro lugar de argentinos (y de argentinos k, pa qué negarlo) empapapados por la realidad, sus palabras.

Algunos párrafos me parecen interesantes de releer. El peronismo es, para empezar, el nombre político del derrumbe argentino. Desde que empezó, en 1945, la gobernó más que nadie, y 20 años de los últimos 22 de decadencia.” Por supuesto que uno puede empezar por cualquier lado, ya lo dijeron los ciegos que querían descubrir la realidad del elefante. Bueno, el bloguero en cuestión empieza en 1991. Y desde ahí, propone 20 años de decadencia. De manera no tan sutil, extiende esa decadencia hacia toda la historia del peronismo, puesto que asegura que así se llama al derrumbe argentino. No será desde este lugar, desde donde se negará la condición peronista de Menem. Si nos apuran, ni siquiera negaremos con gran fervor, la del ingeniero Macri. Lo que estoy seguro (acá empiezo a hacerme cargo del texto personalmente, sin esconderme tras el blog) es que la idea de decadencia no me parece la más indicada para sintetizar la década menemista. Y totalmente desafortunada para identificar al proceso actual.

El peronismo será, para siempre en la historia argentina, el espacio político mediante el cual comenzaron a participar de los asuntos nacionales, millones de marginados. Comenzaron a tener un lugar en sitios vedados para ellos históricamente. ¿Este hecho en sí, torna inútil cualquier discusión sobre si esta participación fue generada de la mejor manera? De ningún modo. Es válida la discusión sobre el nivel de concientización de clase de los obreros argentinos y si los beneficios obtenidos fueron de la mano y, sobre todo, si estos beneficios, caídos como el maná en el éxodo, no generaron ese mesianismo cuasi religioso que muchos perciben en el peronismo. ¿Discusiones válidas? Sí. Y mucho. Y las desarrollaremos en este blog muy pronto, con toda seguridad. Caparrós hace una breve mención a lo antedicho, minimizando su importancia, a mi entender (son “trabajadores que llegaban desde el campo atraídos por el desarrollo industrial” cuando es mucho más que eso: fueron los negros, los grasas, los animales – recordar el aluvión zoológico - reconocidos como ciudadanos ¿se siente el peso ético de esta inclusión?) y, simplemente, dice que pasó hace 66 años. De esta manera, invisibiliza y clausura estos datos. Da por terminada la discusión histórica. Vamos al presente, dice (ignora o pretende que ignoremos que existe una continuidad en tanto identificación de los marginados actuales con aquellos).

Sus interlocutores europeos le piden que defina al peronismo. Y no puede. Y esto es terrible. Creo entrever el horror de Sarmiento, de Mitre. Vivimos envueltos en un movimiento político que no podemos explicarles a nuestros maestros europeos. Mientras nos preguntan, miramos el piso, hacemos círculos con el pie derecho, en una dirección y en otra, sin encontrar la ansiada respuesta. Entonces el peronismo es la montonera, los malones, el horror de la chusma que Roca y tantos generales fratricidas, juraron aplastar en el siglo XIX. No podemos soslayar el eurocentrismo que exhibe Martín Caparrós, que hace dos menciones a estos inquisidores extranjeros en un texto bastante corto. Reclama, casi desesperadamente, un auxilio básico. ¿Es de derecha o de izquierda el peronismo? Como si derechas o izquierdas pudieran explicar, por caso, la terrible crisis europea actual. Como si todos debiéramos rendirle culto a la manera de sentarse en el congreso de los diputados de la república francesa.

Finalmente declara algo maravilloso. Que la palabra “peronismo” debiera dejar de ser dicha. ¿Por qué? Básicamente porque significa tantas cosas que termina no queriendo decir nada. Hábil maniobra. Casi un prestidigitador de la política. Permítaseme asumir las intenciones del autor. Hacer desaparecer la palabra con el objetivo alquímico, de que desaparezca el peronismo. Desarticular el signo a partir de eliminar el significante. En esta desarticulación, Caparrós cree encontrar la piedra filosofal de la política argentina. La lingüística saussuriana nos rescata de la barbarie, del choripán y los pisos de parquet en el fuego. Una solución europea a los problemas argentinos, como ya lo anuncia la revista Barcelona.

Quiero volver sobre el tema menemato y por qué no lo considero parte de una decadencia. La década del 90 fue un plan muy bien organizado por el liberalismo internacional. Es el mismo liberalismo, guardián del capital al que se supone que combatió el primer peronismo (por acá no suponemos esto, pero ya lo aclararemos en otra oportunidad). Que el peronismo, por sus características, podría ser caracterizado en la política argentina como el único movimiento de masas, fue la causa de que se lo utilizara para imponer políticas liberales en estas tierras, ayudados por un dirigente carismático y ubicuo junto a muchos leales al ejercicio del poder, por la desmovilización política (fin de la utopías) y cierto posmodernismo imperante en la práctica que aseguraba que todo lo obtenido por la masa proletaria era cosa de un pasado pisado que no podía repetirse. El mundo era otro, se decía. Había rupturas muy pronunciadas en el devenir histórico, también se decía. Yo no puedo llamar decadencia a esto. La decadencia es como una fuerza negativa autocentrada, impulsada por cierta displicencia, en la que los elementos externos parecieran tener un carácter secundario. En este caso, hubo una profunda acción política, llevada adelante por los únicos que creían que en ella se encontraba un elemento de cambio: los mercados internacionales. Recuerdo a un tal Jeffrey Sachs, economista norteamericano invitado por Neustadt, que nos decía en ese tiempo nuevo, lo bien que hacía las cosas ese gobierno y sólo pedía tasas más bajas. En ese año, 90, faltaba el punto culminante del dominio sobre el ciudadano y su marca definitiva como consumidor: el crédito. ¿Decadencia? No para mi visión. Más bien un plan sistemático de exportación, desde los importantes centros mundiales, de crisis globales recurrentes, de creación de satélites donde arrojar el propio déficit. Aún cuando el proceso sea más complejo, me interesaba aclarar este punto.

Que el momento actual no me parece decadente, creo haberlo expresado ya en muchas notas y de muchas maneras. Volveremos sobre el tema seguramente en varias oportunidades. De todas maneras, no me interesa particularmente rescatar al peronismo, ni si este gobierno es peronista o no (qué poco que me importa elucidar este punto, les juro). Sí me interesa que tenga una característica de aquél: la inclusión de los sectores marginados. Después, si la palabra o partido o la historia del peronismo desaparece, será cuestión del devenir histórico o, mejor, de propuestas superadoras, no de dos o tres intelectuales tocados con bonete y con ilusiones de alquimistas medievales.


sábado, 12 de noviembre de 2011

En el exterior se nos cagan de risa


La frase del título fue lanzada por el ex progresista y ex periodista Jorge Lanata, unida a otra del mismo autor que decía "en un programa de la cadena Ser al que soy frecuentemente invitado y que comparto con Boris Itzaguirre y Alvaro Vargas Llosa, estuvimos diez minutos cagándonos de risa cuando les conté que Cristina le decía de "el" a Néstor Kirchner, no podíamos parar de reírnos".

Es la ultima vez que me ocupo de Lanata, vale aclarar entonces algunos puntos sobre los dichos de J L.

1) La cadena Ser pertenece a un monopolio español, grupo Prisa, que entre otras cosas es dueña del diario de mayor tirada en España, "El País".
2) También son propietarios de medios de comunicación en todo el mundo y por supuesto en la Argentina, como radio Continental, y además de chocar con la ley de medios de comunicación, son aliados de Clarín y La nación en su lucha contra esta ley des monopolizadora.
3) Publican y comentan cualquier noticia, aunque sea falsa, que sea en perjuicio de nuestro gobierno y para eso han contratado recientemente al demócrata Mariano Grondona, que vomita odio en sus páginas.
4) Al gorila y facho Alvarito lo conocemos todos, Boris es un showman que trabajaba en un programa de mucha audiencia televisiva y que iniciaba una discusión con el conductor hasta que enojado se subía a la mesa y amenazaba con bajarse los pantalones. No desmerezco al showman sólo intento dejar constancia de los contertulios de Lanata, este último inclusive afirmó que antes de morir Néstor era odiado por la mayoría del pueblo y Lanata dijo ¡claro!.
5) Puedo asegurarles que en ningún país se cagan de risa de nosotros, hay quienes por intereses contrapuestos a los nuestros, trabajan para desmoronarnos política y económicamente, pero ninguna gracia les causa lo que sucede en nuestro país, y aquellos que nos ven con buenos ojos y un espejo donde mirarse, quieren copiarnos. Nadie se caga de risa de nosotros, no somos indiferentes ni a unos ni a otros y mucho menos despertamos risas. El mundo y sus principales países y sobre todo quienes los habitan no tienen muchas ganas de reírse de nadie, ocupan su tiempo en sobrevivir, todos, pueblos y dirigentes.
6) Teniendo en cuenta que el programa donde Lanata se reía con sus amigos de nosotros durante diez minutos ( salvo que creer que reírse de la presidenta no signifique reírse del país que la votó) es en España, podríamos concluir que quien se caga de risa de nosotros en el exterior no es otro que él mismo. Uy, le dije "él", si Cristina lee esto estará diez minutos cagándose de risa de mí.

martes, 8 de noviembre de 2011

¡Carrera!... ¡March!


En estos tiempos de increíbles teorías, esbozadas con absoluta naturalidad, generalmente por aquellos que no serán afectados por las mismas, hay una que me ha llamado la atención por ser rechazada hace no muchos años por los argentinos.
Se trata del servicio militar obligatorio, y la opinión de algunos padres de que su reinstalación lograría que los jóvenes supieran qué es la rigurosidad y la obediencia, sin poder ejercer la protesta ni tampoco ignorar las ordenes recibidas. Ésto los haría menos rebeldes, más sumisos con sus padres y su escuela, sus maestros y las autoridades en general.
Hace tiempo que quería escribir sobre esto, pero dos sucesos aceleraron mi decisión. Una fue el reportaje a la periodista Miriam Lewin, que le hizo el sábado de la semana anterior Mona Moncalvillo y el otro una conversación con mi primo Octavio Echevarría una semana después. Miriam Lewin cuenta en ese reportaje las torturas, vejaciones y violaciones que recibieron ella y muchas otras mujeres con las que compartió algunos años en centros clandestinos, la mayoría desaparecidas y algunas embarazadas a las que luego le apropiaron el bebe. Muchos de estos hechos los conocemos por informes como el libro Nunca Más, y los sucesos conocidos en el transcurso de los años y el trabajo sin descanso de los organismos de derechos humanos, que divulgaron a través de los medios de comunicación toda la información con la que contaban. Pero la voz de Lewin era como una taladradora de conciencias, nos hablaba de lo que había pasado pero lo hacía como un relator de historias que sabe que nunca la podremos olvidar. Resultó de una potencia desgarradora renovada, dijo lo que casi todos sabemos pero logró que creyera que lo escuchaba por primera vez. Fue una experiencia muy fuerte que acompañó un pensamiento latente y anterior que me llevaba a una inquietud que busca respuesta: ¿cuáles son los motivos que llevan a algunos padres a creer que si sus hijos están en manos de estos militares genocidas, y además con una temible dosis de degeneración mental, serán mejores hombres? ¿Es posible que el hecho de no haber sabido dar una reprimenda a tiempo, los coloque en el otro extremo de poner a sus hijos en manos de sádicos? ¿Será como una especie de venganza donde pienso "así que no me das bola, ya vas a ver cuando te agarren los milicos como vas a marchar"? Un año o un año y medio perdido lavando el coche de los milicos o pintándoles la casa o haciéndoles de chofer o arrastrándose en el piso como una porquería ni bien se lo ordenan, ¿puede generar alguna satisfacción en un padre?, ¿Alguien puede creer que de esto nacerán mejores hombres? ¿Hombres nuevos con algún valor moral, cívico o solidario? Pienso sinceramente que no. Nada bueno agregaría a la vida de nuestros jóvenes ni un minuto ni un siglo de esclavitud militar. Más bien todo lo contrario.
Podrá decirse que la institución militar de los setenta y la actual son muy diferentes. Sin embargo, teniendo en vista la reacción de grupos, vinculados a las fuerzas armadas actuales, contra los juicios a represores, no parece advertirse un cambio profundo en su seno, que nos garantice que éstos difieren de aquellos, de manera notoria. Por otro lado, ¿en qué virtudes humanísticas se vio mejorada la institución en los últimos años, que permitieran pensar que un nuevo "caso Carrasco" es una situación impensable en la actualidad?
Octavio me recuerda el libro " Vigilar y castigar " de Michel Foucault, donde se desarrolla la teoría " El castigo moderno: la reforma del alma". El castigo moderno en relación al medieval se modifica y pasa a ser oculto. Los dispositivos que mediante el encierro del individuo le aplican una disciplina que le extrae la fuerza creativa son: la escuela, la fabrica, la cárcel y el hospital. Estos guardan estrechas similitudes entre sí: por un lado desde lo edilicio son construcciones cuadradas divididas en aulas, celdas o habitaciones. Por otro lado estos dispositivos llevan a la perdida de la individualidad, sujetos uniformados y disciplinados. El castigo ejercido es la regulación del tiempo (los horarios, los timbres, la rutina) mediante la disciplina con el fin de modelar el cuerpo y el alma. Cualquier similitud con la colimba no es casual.
Jóvenes libres y creativos, no genuflexos, son los que necesitamos. Un país que ya ha tenido la experiencia de cabezas agachadas y cerebros silenciosos, que luego cuando son libres abren su boca para pedir mas ración de "¡a tierra, inútil!"

lunes, 7 de noviembre de 2011

El perro que ladra y muerde

En una audiencia con empresarios que tuvo lugar durante la última reunión del G-20 en Cannes, nuestra presidenta condenó el capitalismo centrado en el poder financiero y expresó la necesidad de salir de esta virtualidad económica en aras de parámetros más “reales”, anclados en la producción. En muchas oportunidades, Cristina Fernández había realizado críticas a las concepciones de vida en este tercer milenio, autodefiniéndose como una mujer de la modernidad, entendiendo este concepto en el marco de las posibilidades políticas de cambio de una sociedad, a partir de su voluntad decisoria, por sobre la lógica del mercado globalizado.

En el marco de la misma audiencia, pidió volver a la lógica del consumo y la producción. “El capitalismo supone que la gente consuma y que ustedes, los empresarios, produzcan y vendan cada vez más. Esto es lo que está fallando”, dijo. Consumo y más consumo fue también la forma de hacer política económica para el primer peronismo. Es decir, poner dinero contante y sonante en las manos de quienes, hasta entonces, veían que la fiesta les pasaba delante de la nariz, sin detenerse.

Sin embargo, la manera de consumir de los años 40 y 50 difieren enormemente (soy un gran observador) de los perfiles de consumidor actuales. Podríamos convenir en que existen ciertas modalidades invariantes que rigen el consumo: la búsqueda de novedades, la identificación con el producto. Ahora bien, la vertiginosidad de los tiempos actuales determina identificaciones lábiles y pasajeras, así como el aburrimiento endémico para el que no habrá zapping ni moda capaces de mantenerlo distanciado de nosotros por un tiempo prudencial. Entonces, consumimos pulsionalmente, para acallar al perro de la insatisfacción, que ladra y muerde con idéntica vehemencia, desdiciendo al mandato popular.



Hijos de esta velocidad: experiencias, sitios turísticos, zapatillas, programas de computación, automóviles, gaseosas, etc; participan de una carrera neuroticogénica, de la que se sale perdedor apenas se la acepta como parte de nuestra vida. Predicar un consumo responsable, esto es, principalmente, des-identificarse con el sujeto neo cartesiano que “consume, luego, existe”, en momentos en que el mundo puede reindustrializarse y escapar de la trampa financiera a partir de él, no sea quizá la mejor idea. Y parecerá incluso, la moral sibarita de un consumidor que, simplemente, se cansó de su condición y busca sus identificaciones y novedades en otros ámbitos. Es decir, ahora que le toca consumir a los pobres, consumir es out.

Creo que tenemos que correr estos riesgos si el premio es lograr un fortalecimiento propio, como sujetos y como sociedad. Lo que no puedo imaginarme aún es el nuevo paradigma, resultante de un consumo responsable. Mientras tanto, me tomo una Coca Cola, no vaya a ser que venga una revolución y ya no pueda volver a hacerlo.

martes, 1 de noviembre de 2011

¿Quiere alguien pensar en los niños?

No se confunda el lector de estas líneas. No estoy a punto, aunque parezca, de apelar a su sensibilidad originaria. Lo que me lleva de las pestañas a esta exclamación no tiene mucho que ver con el estado de indefensión del chico (aunque sí lo tiene, como cualquier pensamiento social que uno elucubre, chicos, pobres y marginales tendrán que sufrir la realidad hasta sus últimas consecuencias), sino con el acto en sí de pensar.
A los chicos no los incluyo por capricho de titulador, sino porque me conmovió profundamente un spot publicitario del PSOE, realizado con miras a las próximas elecciones presidenciales. Me gustaría compartirlo con ustedes y hacer hincapié en las dos o tres ideas que se me cruzan a partir de verlo.



En principio, todo está muy bien. El pequeño aristócrata tiende a reproducir el mundo que conoce y en el que tiene sus intereses. La empleada doméstica piensa en el futuro de su hija. Quiere algo distinto para ella. En los sitios en donde se aloja este video, enseguida empiezan las discusiones. Que el PSOE tuvo a su cargo la administración pública, que el PP quiere ajuste para el gasto educativo, etc. Lo que quieran. Les dejo la discusión específica a los españoles.
Que una enseñanza pública de calidad garantice igualdad de oportunidades es saludable. Y es también la máxima evangelizadora del liberalismo. Si todos los hombres parten desde el mismo punto, la capacidad de cada quien definirá su futuro. Qué bien. El socialismo ya no duda sobre quien dispuso dónde, cómo ni por qué premio se corre la carrera. Pide, al menos, que partamos todos desde el mismo lugar. Notable derrota.
Tengo algunas buenas noticias para Carmen. Si su hija corre rápido y según las reglas de los padres de su jefe, no cuidará a los niños de éste. Es más, quizás alguien tenga que cuidarle los retoños a ella. Esto será un gran triunfo de la educación pública. No preguntemos, por supuesto, dónde habrán estudiado quienes se dedicarán a tan arduas tareas. No será la hija de Carmen, quien seguirá corriendo detrás de la zanahoria neoneoliberal. Acaso lo hará el hijo de un campesino de alguna comarca gobernada por el PP. O mejor aún, una nueva oleada de africanos o americanos, de cuyo fracaso no podamos hacer cargo al socialismo obrero español con sus estupendas políticas públicas.
Quiero decir, simplemente, que en el actual estado de depresión económica a nivel internacional, la capacitación educativa no está generando líderes que se disputan un futuro campeonato, sino candidatos a zafar del descenso. La capacitación consiste en formarse para escalar y lograr que otros queden afuera del sistema. Las eternas víctimas colaterales, la lógica de Gran Hermano.
Acudo a la súplica de la esposa del reverendo y pienso en los niños. Pienso en quién va a cuidarlos mientras los padres van a sus trabajos para expandir sus ganancias o juntar plata para la hipoteca; pero, gracias a dios, con la segura felicidad que sólo brinda el capitalismo: Siempre existirá un desesperado que lo haga por poca plata.

¿Y ahora qué hacemos?


¿Será esta la pregunta? Porque ahora los comunicadores que trabajan para los medios poderosos y son acérrimos opositores de nuestro gobierno ( mas que los políticos), se preguntan qué pasó, qué no entendieron, en qué fallaron, para estar tan lejos de una comprensión más o menos veraz sobre las elecciones del 23 de octubre.
Las preguntas se parecen a una disculpa desde unas posición de inocencia que no es tal.
Intentaron modificar la realidad, creando un país a la medida de sus intereses. Algunos inclusive escribieron libros de 200 páginas (en venta en cualquier librería a 70 o 80 pesos), explicando las motivaciones de la caída del ciclo K, cuando nada de esto había ocurrido ni ocurriría.
El asombro de los oyentes y lectores de los distintos medios hegemónicos frente al resultado de las primarias, estaba justificado ya que recibían un bombardeo de información deformada sobre la marcha del país.
El gobierno trabajó muy bien en la trasmisión de las obras desarrolladas, aunque en medios menos poderosos que los opositores, que jamás mencionaron nada que pudiese arrimar algún voto al oficialismo. Nunca.
Decía el ex presidente Arturo Illía, de quien don Raúl Alfonsín no aprendió nada: "poco hemos usado nosotros la propaganda oficial. La libertad total de información que existe en la argentina ha sido más bien empleada permanentemente para combatirnos de manera constante y contumaz". Los Kirchner aprendieron.
Podríamos dar infinidad de ejemplos sobre cómo actuaron estos medios opositores, pero en referencia al título de la nota debemos indagarnos, hacer autocrítica y cuanto mas sincera, mejor; ya que tenemos que decidir qué hacemos con todo esto. ¿Seguiremos como si nada ?, ¿seguiremos leyendo y escuchando a estos mentores de la desgracia?, ¿ seguiremos siendo cómplices o acompañantes de la mentira ? Creemos que es hora de abandonarlos, de dejarlos solos en su lucha personal contra ellos mismos y estar atentos para que no nos jodan. No seamos el eco dócil de su mala leche. Escuchemos a tanta gente valiosa que entrega su voz de alerta superadora. Acerquémonos a ellos. No prestemos nuestros oídos a los que, cargados de odio, nos endilgan ese odio a nosotros y deseosos de que todo salga mal nos califican de soberbios. Decía Arturo Jauretche: "la multitud no odia, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegrías, perder privilegios, rencor."