martes, 1 de noviembre de 2011

¿Quiere alguien pensar en los niños?

No se confunda el lector de estas líneas. No estoy a punto, aunque parezca, de apelar a su sensibilidad originaria. Lo que me lleva de las pestañas a esta exclamación no tiene mucho que ver con el estado de indefensión del chico (aunque sí lo tiene, como cualquier pensamiento social que uno elucubre, chicos, pobres y marginales tendrán que sufrir la realidad hasta sus últimas consecuencias), sino con el acto en sí de pensar.
A los chicos no los incluyo por capricho de titulador, sino porque me conmovió profundamente un spot publicitario del PSOE, realizado con miras a las próximas elecciones presidenciales. Me gustaría compartirlo con ustedes y hacer hincapié en las dos o tres ideas que se me cruzan a partir de verlo.



En principio, todo está muy bien. El pequeño aristócrata tiende a reproducir el mundo que conoce y en el que tiene sus intereses. La empleada doméstica piensa en el futuro de su hija. Quiere algo distinto para ella. En los sitios en donde se aloja este video, enseguida empiezan las discusiones. Que el PSOE tuvo a su cargo la administración pública, que el PP quiere ajuste para el gasto educativo, etc. Lo que quieran. Les dejo la discusión específica a los españoles.
Que una enseñanza pública de calidad garantice igualdad de oportunidades es saludable. Y es también la máxima evangelizadora del liberalismo. Si todos los hombres parten desde el mismo punto, la capacidad de cada quien definirá su futuro. Qué bien. El socialismo ya no duda sobre quien dispuso dónde, cómo ni por qué premio se corre la carrera. Pide, al menos, que partamos todos desde el mismo lugar. Notable derrota.
Tengo algunas buenas noticias para Carmen. Si su hija corre rápido y según las reglas de los padres de su jefe, no cuidará a los niños de éste. Es más, quizás alguien tenga que cuidarle los retoños a ella. Esto será un gran triunfo de la educación pública. No preguntemos, por supuesto, dónde habrán estudiado quienes se dedicarán a tan arduas tareas. No será la hija de Carmen, quien seguirá corriendo detrás de la zanahoria neoneoliberal. Acaso lo hará el hijo de un campesino de alguna comarca gobernada por el PP. O mejor aún, una nueva oleada de africanos o americanos, de cuyo fracaso no podamos hacer cargo al socialismo obrero español con sus estupendas políticas públicas.
Quiero decir, simplemente, que en el actual estado de depresión económica a nivel internacional, la capacitación educativa no está generando líderes que se disputan un futuro campeonato, sino candidatos a zafar del descenso. La capacitación consiste en formarse para escalar y lograr que otros queden afuera del sistema. Las eternas víctimas colaterales, la lógica de Gran Hermano.
Acudo a la súplica de la esposa del reverendo y pienso en los niños. Pienso en quién va a cuidarlos mientras los padres van a sus trabajos para expandir sus ganancias o juntar plata para la hipoteca; pero, gracias a dios, con la segura felicidad que sólo brinda el capitalismo: Siempre existirá un desesperado que lo haga por poca plata.

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