miércoles, 28 de diciembre de 2011

Del temible cáncer a nuestros cangrejos criollos

Ayer nos sacudió una noticia que en principio pareció sumamente preocupante. Nuestra presidenta debe ser internada y operada por un cáncer en su tiroides. Rápidamente, como sociedad, comenzamos a rellenar el hueco que nos dejó la sorpresa. La palabra centelleaba en la portada online del GranDiario y en la del Diario de Nuestros Padres y Abuelos. Otros trataban de llevar calma, primero impulsados por las ganas y después por la información tranquilizadora que emanaba de los profesionales consultados.
Sobrevolaba el internet, tácita, tímidamente, el viva el cáncer, como esperanza o como indignación previa. Más abierta circulaba la comparación con otros líderes políticos de la región: Lula, Chávez, Dilma Rousseff, Lugo.
Aplacados los rumores letales por la distensión de la propia protagonista, vueltas las aguas a su cauce, y en espera de una resolución satisfactoria y de salud plena de Cristina Fernández, se me ocurrió que el cangrejo (cáncer es su traducción latina) es realmente una amenaza a las políticas sociales, fuertemente arraigadas en lo popular. Es más, el cangrejo es un enemigo. Paso a explicar por qué.
Se dice que el cangrejo es bentónico, esto quiere decir que vive en el fondo de las aguas, vagando. Esta cualidad de linyera, de limosnero puede asimilarse a tantos políticos que circulan por las embajadas, por los medios, llevando y trayendo noticias y temores. Qué diferente a la concepción de un líder, que amasa el contenido latente del pueblo hasta crear proyectos y políticas posibles, de beneficio, sustentabilidad y crecimiento. Pero el hecho de que vague por el fondo (monetario) me recuerda también que el ajuste y la toma de crédito para pagar crédito para pagar crédito, es la única idea que se le cae a un Macri, sin ir más lejos. Un auténtico cáncer.
El cangrejo muda su caparazón en algún momento de su vida. La reina de los cangrejos, debe ser Patricia Bullrich, entonces. Merecen un lugar en el podio los radicales itinerantes, verdaderos roedores de una serie de barcos, cuyos restos han ido, sucesivamente, a parar al fondo de las aguas. Allí estarán siendo habitados por numerosos cangrejos.
El dicho popular asegura que el cangrejo camina para atrás. Algunos de estos bichitos quieren llevarnos a los 90 sin más argumento que el hecho de que la pasaban bien en ese tiempo. Los cangrejos que habitan los alrededores de Plaza Italia nos quieren arrastrar bien para atrás, enganchados en sus temibles pinzas, hasta la Argentina del centenario, la de  Roca, la de Sarmiento. Está el cangrejo camionero. Él sueña con caminar hasta el período 45-55. Como verán, en el campo popular también encontramos cangrejos.
Como sea, esperemos, como creemos, que todo va a salir de la mejor manera. Estemos atentos, de todas maneras, porque los cangrejos existen y quieren venir por todo.

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