viernes, 13 de enero de 2012

Sigo sintiendo asco


Cuando Pino Solanas habló del voto de los habitantes del interior de nuestro país como un voto, digamos, menor, indigno de ser tenido en cuenta; de esos votantes que, parafraseando a Cristo, diría "perdónalos padre, no saben lo que hacen "; carentes de capacidad y sabiduría para entender lo que les conviene, que a cambio de una chapa o un colchón entregan su dignidad y su futuro a manos de dirigentes inescrupulosos; no sabía que poco tiempo después, Fito Paez diría lo mismo pero en poquísimas palabras: da asco la mitad de Buenos Aires. En el sálvese quien pueda de los últimos treinta años no hay lugar para diferencias morales, sean colchones para dormir o sean colchones de dinero.
Todo el palabrerío desarrollado por Pino se esconde detrás de una condescendencia hacia lo que considera ignorancia, pero cargada de una dosis de repulsión visible pero no evidente (¿asco?).
Fito, aunque hubiese querido, no podía esconderse detrás de ese paternalismo de Pino y largó lo que éste escondía: la repulsión, el asco. ¿Creía Pino que los porteños votarían por él?, ¿que votar por Macri es de gente de otro nivel, de la vereda de enfrente de los votantes catamarqueños?, ¿o para su ego era más saludable perder con Macri que con la ignota gobernadora de Catamarca?
La presidenta mencionaba hace poco la diferencia del ingreso per cápita de los porteños en relación al resto del país (el cuádruple). El porteño tiene la mayor proporción siempre en relación al resto de los argentinos. Sea de cable, internet, automóviles, vivienda, colegios privados, salud privada, descanso anual, cenas con su familia en restaurantes, viajes en feriados puente, compra de periódicos, celulares de ultima generación, observen cualquier ítem que se les ocurra, el porteño supera holgadamente el consumo de la media del país.
Podemos concluir entonces que el porteño por capacidad económica tiene ventajas enormes de bienestar e información sobre las provincias.
El votante porteño se inclinó mayoritariamente (60%) por Mauricio Macri en las últimas elecciones. En los años que lleva como jefe de gobierno no ha presentado en la legislatura una sola ley en beneficio de los trabajadores o los ciudadanos de menos recursos y cuando se ha dado el hecho de que su propio bloque, junto con otros, lo han hecho, Macri las ha vetado.( Lleva 86 leyes vetadas. ¿Recuerdan cuando decía que temía que el gobierno nacional se tranforme en una vetocracia?).
La informacion de la que hablábamos nos ha permitido, por ejemplo, enterarnos de la estafa al pueblo argentino con los subsidios cobrados por exportación de automóviles y el arancel 0 que pagaba por volverlos a importar desde Uruguay, de lo que lo salvó la corte menemista. Supimos que no pagaba los cánones que nos pertenecían por el usufructo del correo. Supimos de la presión ejercida al gobierno argentino para transladar la deuda de sus empresas a nosotros por segunda vez (la primera concretada durante el gobierno militar por Cavallo).
Supimos de la UCEP, esa vil ronda nocturna de apaleamiento y exilio. Las escuchas telefónicas, la explotación de personas en fábricas textiles que trabajan para su mujer Awada. También, que ya que nada cambió desde que el está, por lo menos ahora debemos agradecer que mueren pocos. Supimos también que la policáa metropolitana, recientemente creada, esta comandada y compuesta por policías exonerados de otras fuerzas.
Un hombre que reconoce públicamente en Menen el mejor presidente de la argentina; al brigadier Cacciatore, intendente de la feroz dictadura, como el mejor, porque hizo la autopista 25 de mayo; a Piñera como el ideal de presidente, el que se rebajó en la embajada de EEUU, según lo descifrado por Wikileaks, asegurándoles que es la única garantía de librecomercio y negocios, el que subinvierte en educación, salud, cultura y todos los etc que quieran poner.
Luego de reelegido siguió con sus andanzas. Vetó la ley de la legislatura, votada por su propio partido, para la continuación de las fábricas recuperadas en manos de sus obreros ( ya que sus dueños escaparon como rata por tirante), vetó el beneficio de una pensión a los músicos de más de 65 años, aumentó el subte de tal manera que le quedara limpio el subsidio que el gobierno le dará por todo 2012, vetó la ley de protección de los edificios históricos para favorecer los negocios con sus socios inmobiliarios y siguen firmas.
Si yo les dijera "miren, yo sé todo sobre Macri pero, vieron, a mi me importa sólo lo mío y los demás que se jodan", ¿no podría darle asco a alguien? La verdad es lo mínimo que me merecería.Si alguna vez esto pasara, avanti con el asco, ajjjj.

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