viernes, 9 de marzo de 2012

Oíd mortales el grito

Cuando Bodhidharma cruzó de la India a
la China llevando la enseñanza del zen, 
un rey le preguntó en qué consistía la doctrina sagrada.
Bodhidharma respondió: "Un vacío insondable y 
nada sagrado".


CUÁNTA RAZÓN, MAQUIAVELO

Que dos semanas sean una eternidad en un mundo voraz de chismes e informaciones, no le quita sorpresa al hecho de que, a 15 días de la tragedia de la estación Once, los gritos ensordecedores de las primeras horas parecen haberse perdido en el silencio. El Ejecutivo Nacional actuó poco y nada. Algunas justificaciones de rigor, su postura de querellante en el ámbito judicial y la salida en paz del convaleciente secretario de transporte, completaron el panorama.
Quizá sea necesario remover el avispero desde la prensa. El momento llegará y volveremos a presenciar la esgrima gobierno-clarín, con toda seguridad. Pero las corporaciones tiran más que la sangre de los muertos y heridos (cuánta razón, Maquiavelo), entonces "lo que dijo Cristina de los docentes" genera un rédito mucho más seguro.


SENTIDO COMÚN, ANTIS, ORTODOXOS Y MODERADOS

"Lo que dijo" es que los docentes trabajan 4 horas, un régimen de licencia demasiado flexible y tienen 3 meses de vacaciones. A mí me produjeron mucha antipatía estas palabras. ¿Por qué? Porque es el discurso del sentido común, entendiéndolo como el del común de la sociedad, aparentemente lógico pero sin detenerse en la crítica de los fundamentos que dan sustento a las palabras. Que un fulanito enarbole este discurso es entendible. Basta con leer los comentarios en las notas de los diarios. La desinformación y la estupidez prevalecen a uno y otro lado de las orillas ideológicas. Pero un estadista, y la presidenta me ha convencido innumerables veces de serlo, no debe encallar en semejante simplicidad bravucona. En la lógica futbolera de buscar argumentos a medida que nos vamos apasionando.
Los antis calificaron las declaraciones como humillantes, mentirosas, etc. Los kirchneristas ortodoxos defendieron a su líder, negándole incluso el derecho básico del ser humano a mear fuera del tarro. Los moderados aseguran que "se equivocó" o bien "cometió un error". Les aseguro que yo también estuve buscando una palabra, supongo que eso me coloca en la línea de los moderados. Pero no la encontré. Estoy más cerca de "mentira" que del naif "lamentable error".


UN VACÍO INSONDABLE Y NADA SAGRADO

Lo que sí me parece que puede aportar este artículo es cierta idea sobre lo sagrado. Porque Cristina Fernández atacó a los segundos papás y mamás. Si hubiera dicho "lo que dijo" de los grotescos camioneros de Moyano, nadie salvo esta violenta organización "de palos en mano", se hubiera hecho eco de la mentira. Pero el docente, y esto no le quita ningún mérito a su maravillosa tarea, está cubierto de cierto manto de gloria, de vestiduras sacerdotales que impiden que podamos discutir en serio. Asimismo, quienes se oponen a sus medidas de fuerza, apelan a palabras metafísicas, como vocación, o amor a los niños, dejando entrever que deberían trabajar gratis o, por lo menos, anteponer lo sagrado al vil metal. En el fondo, para ellos, trabajar sigue siendo ganar el pan con la transpiración de nuestros sobacos, algo muy alejado a llamados metafísicos y amores maternales.
Cuando florecen en los discursos la poesía y los subjetivemas sacramentales, estamos evadiendo las ideas, los argumentos y la posibilidad de pensar en serio, de manera crítica cualquier realidad. Lo sagrado es escondedor, mentiroso y sesgado, tal como, aunque duela, el discurso de Cristina sobre la tarea de los docentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario